Se entiende por trabajo infantil cualquier actividad realizada por un niño bajo amenaza y de forma no voluntaria. Muchos de ellos se ven obligados a trabajar mediante el uso de la violencia o la intimidación, o debido a una deuda de sus padres, el secuestro de documentos de identidad o amenazas de denunciar a las autoridades de inmigración.
160 millones de niños son víctimas del trabajo infantil. Casi la mitad (80 millones) están atrapadas en las peores formas de esta actividad, como la esclavitud, la trata, el trabajo forzoso o el servicio militar obligatorio para conflictos armados.
Las víctimas del trabajo infantil están en todas partes, pero no son visibles; se los encuentra como sirvientes domésticos en casas, detrás de las paredes de talleres o fuera de la vista del público en las plantaciones.
UNICEF especifica que los niños pueden trabajar, siempre que su participación en el trabajo (una actividad económica) no afecte negativamente a su salud y desarrollo ni interfiera con su educación. El Convenio 138 de la OIT permite cualquier tipo de trabajo ligero (que no interfiera con la educación) a partir de los 12 años.
¿Cuáles son las estadísticas sobre trabajo infantil?
Hoy, el informe Trabajo infantil: Estimaciones globales 2020, tendencias y camino a seguir, explica que los avances para erradicar el trabajo infantil se han estancado por primera vez en 20 años, y la disminución de casos que existía en años anteriores hoy se ha invertido.
Los efectos del COVID-19 han sido detonantes de la expansión del trabajo infantil, las situaciones de pobreza en las familias y las deficiencias educativas han generado un aumento en el número de niños que deben trabajar, aumentando a 160 millones en todo el mundo.
¿Cómo cambiamos esta realidad?
Ante la situación actual, los desafíos son mayores e implican un compromiso de toda la sociedad, no podemos erradicar el trabajo infantil sin tomar conciencia de cómo afecta a las generaciones futuras. Algunos puntos que se proponen son los ideales para que el trabajo infantil no exista, pero depende de cada uno de nosotros.
- Drástica reducción de la pobreza.
- Acceso a una educación permanente y de calidad.
- Dar empleo de acuerdo a los adultos responsables de los niños.
- Poner fin a las normas sociales que legitiman el trabajo infantil.
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