Mi nombre es Kumari y tengo 23 años. Vengo de una familia de pocos recursos. Mi padre luchó incansablemente para enviarme a la escuela. En mi último año, mientras caminaba a casa con mis amigos, una mujer se nos acercó. Ofreció un trabajo en el extranjero con un buen salario mensual. Al principio nos pareció extraño, pero ella nos convenció de que valía la pena. Ella conocía nuestras áreas de estudio; en mi caso, informática. Nos mostró los lugares donde viviríamos juntos para ahorrar dinero.
Durante una semana nos visitó en el colegio y nos llenó de entusiasmo ante la idea de salir de nuestro país. Mi padre no sabía nada, porque si se lo decía no me dejaba ir. Mis amigos y yo decidimos irnos sin avisar a nuestros padres. La desesperación y la necesidad nos impulsaron a tomar esa decisión.
Finalmente llegó el día. Hice la maleta y, a escondidas, salí de casa. Nos encontramos en un lugar oscuro, mis amigos y yo. Llegó un vehículo y nos recogió. Sin embargo, la mujer que nos habló no estaba presente. Mi corazón empezó a dudar. ¿Por qué no está ella aquí? Un solo hombre nos buscó y nos llevó hasta la frontera. Mientras conducía nos dio instrucciones: no hablar, no mirar a la policía a los ojos, y si nos paraban y preguntaban, mentir y decir que no teníamos familiares esperando al otro lado.
El policía nos detuvo y yo estaba aterrorizada. Nos bajaron del vehículo para inspeccionarnos y el policía nos preguntó a dónde íbamos y si teníamos familiares esperando. No sé qué me pasó, pero respondí que nadie me esperaba. Así comenzó mi viaje hacia la incertidumbre, más allá de las sombras de una realidad que nunca imaginé enfrentar.
Rápidamente nos llevaron a la comisaría y nos encerraron. Hicieron una investigación y, para nuestra sorpresa, íbamos a ser traficadas y vendidas para explotación sexual. Comencé a llorar desconsoladamente, pensando en mi padre y en todo lo que me podría pasar si cruzaba la frontera. Al señor que nos llevó lo detuvieron porque lo tenían vigilado porque viajaba más de tres veces por semana traficando personas. Mi necesidad me llevó a tomar una decisión que podría haber destruido mi vida para siempre. Sólo puedo estar agradecido de que nos detuvieran y todos pudiéramos salvarnos.
Mi historia puede ayudar a otras personas que están en la misma situación que yo. No dejes que la necesidad te lleve a decisiones que podrían destruir tu vida. Cuando todo parezca perfecto, por favor, huye, porque del otro lado puedes encontrarte con tu peor pesadilla.
Estadísticas actuales sobre la Trata de Personas
En Nepal, entre 10.000 y 15.000 personas (en su mayoría mujeres y niños) son traficadas ilegalmente a la India anualmente para explotación sexual y trabajos forzados. La trata de personas ha aumentado un 500 % entre 2013 y 2019. En la India, casi 8 millones de personas están atrapadas en la trata de personas. Esto equivale aproximadamente a toda la población de la ciudad de Nueva York. Más de la mitad de las víctimas se ven obligadas a trabajar en condiciones de servidumbre, mientras que otras son víctimas del tráfico sexual. Niñas de tan solo 12 años son vendidas a traficantes sexuales. La trata de personas es una realidad devastadora en el país.
Proyecto 1040 de Eve: un Futuro de Esperanza
Actualmente trabajo con Eve’s Project 1040, una organización dedicada a combatir la trata de personas y brindar apoyo a las víctimas. Cada donación que recibimos ayuda a rescatar a jóvenes como yo, brindarles refugio, educación y oportunidades para un futuro mejor. Su apoyo puede marcar la diferencia.